lunes, 24 de mayo de 2010

Wonderland

Wonderland

La pequeña Alicia

entró en la madriguera.
Temía encontrarse con una alimaña,
más esto no le asustó.
Tomó las enaguas de su falda
con sus dedos blancos de niña
y se deslizó entre la húmeda oscuridad.

La pequeña Alicia
tembló cuando el conejo acarició su carne,
su piel de cachorro,
su pelo color café.
Alicia suspiró como una adulta
y se dejó hacer.

La pequeña Alicia
bebió como los mayores, y se sintió mareada,
débil como un bebé.
Comió y chupó papeles con sabor a limón
hasta encontrar la llave a Wonderland.

La pequeña Alicia
comenzó a llorar.
Nada era como le prometían,
y su País de los Prodigios y el Deseo
era un infecto agujero
de caballeros con sombrero de copa,
musarañas en su habitación
y Reinas de voluptuosas caderas
que le hacían temblar el Corazón.
Los Naipes se escondían
entre las piernas de Alicia,
los dedos del sombrerero
la mimaban a cambio de bebida.

That's life.

La pequeña Alicia
se convirtió en una Reina Encorsetada
que bailaba adornada
con plumas de Flamenco Rosa,
mientras el Bloody Marie
corría por su garganta virgen.

La pequeña Alicia
soñaba que estaba soñando,
que despertaría en su cama
arropada por una sábana de seda
y no por una manta de vello y besos.

La pequeña Alicia
cantaba cada noche,
se alimentaba de Sopa de Tortuga
y de lágrimas con pimienta.
Fumaba para olvidar,
formando orugas de humo con su aliento.

La pequeña Alicia
eliminaba la pena con el sudor,
y las toxinas que quedaban
con su bulímico amor.
Vomitaba su corazón
con cada par de labios nuevos.

La pequeña Alicia
era un gatito asustado
que sonreía a los hombres
como si fuera su hija,
y buscaba ese afectuoso abrazo paterno
engalanada solo con un lazo
que recogía sus tirabuzones morenos.
Medias de seda,
camisones de raso,
corsets con encaje,
zapatos de charol,
príncipes con traje
buscando calor
en las heladas noches londinenses.

Ay, que sola se sentía Alicia,
que giraba y caía
dentro de la madriguera nocturna,
que ahora le parecía un cubil.
Ay, pequeña Alicia,
recitando poesía
con los labios adornados por el carmín,
pintando las blancas rosas de rojo
con sus besos.

Y así su vida
se disipaba en la brumosa capital,
como si de un peón en un tablero de marfil
se tratase... hasta llegar,
casilla a casilla
a convertirse en Alicia,
la Reina de Corazones,
tirana poseedora del visado
hacia el País de las Maravillas.

La pequeña Alicia,
se dio cuenta de que no despertaría,
y mirandose al espejo
encontró en el reflejo a una gemela
cosida a moratones y marcas de dientes.
La pequeña Alicia,
La Reina Alicia
se sintió de repente demasiado grande
en una casa que la asfixiaba.
Desayuno mariposas de mantequilla
y caramelos amargos
de los que vienen en bote de cristal.
Y por fín despertó,
en un Hospital de Caridad,
donde las monjitas le rezaban,
le lavaban los arañazos
y las quemaduras de los cigarros.

Pero se hacía tarde,
y la pequeña Alicia
volvió a visualizar al Conejo,
vestido con Smoking y zapatos de cuero.
"Apresurate Alicia,
cierra los ojos, llegamos tarde al duelo"

La chiquilla tomó su corona
y con una sonrisa
viajó a Wonderland, para no volver jamás.



http://fc08.deviantart.net/fs41/f/2009/055/1/1/Alice_by_hikarishimoda.jpg