jueves, 30 de septiembre de 2010

La Huella

Nunca me amaste,
mas siempre me quisiste
y como el nunca siempre termina en siempre,
te diste cuenta de la perdida.

Adiós, tengo que decirte.
Adiós, no pude seguirte.

Y caminabas seguro,
con paso firme y decisión.
Reíste, y te fuiste pensando
que de cada paso que dabas
la huella sería yo.

Adiós, y siento despedirme,
Adiós, no me quedó otra opción.

Y es que otros me ofrecieron
algo más que una ilusión.
Y de sueños hicieron hechos,
y de los hechos una opción,
y las penas se perdieron
siendo sustituidas por candor.

Adiós, ¡que tengas suerte!
Adiós, te deseo lo mejor.

Yo me quedo en el camino,
sigue, no pares, por favor,
no te des la vuelta.
Te lo pido...
ahorranos esto a los dos.



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