Allí crecí, nací y aún vivo. Cuando tenga un trabajo estable y unos ingresos adecuados, me encantaría comprarme una casita en este barrio.
Cómo evitar escribir un poema con este tema. Es un viaje por mi barrio y los lugares que más frecuento dentro de él.
Intenté escribirlo con palabras comunes para llegar de forma amena a gente de todas las edades, sobre todo a los abueletes que pasean por mi barrio y sus alrededores, así que no espereis una gran calidad de léxico o de rima, sino un sentimiento a trasnmitir.
He aquí mi homenaje para las calles que me han visto crecer y jugar. Mi inspiración.
De la Barriada de San Lorenzo
Deconstruido
Des-desolado
Completamente enamorado
Late el corazón
En la cuesta del Bailío.
Y me arrodillo,
Y mis ojos lloran
Ante la luz cegadora
Que desprende Cristo Rey
Rodeado de farolillos.
Sorprendido,
Desmesurado
Totalmente acrecentado
Mi amor por la ciudad
Cuando delante de Santa Marina
Mis ojos froto
Al ver al gran Manolete
Inmortalmente retratado entre dos potros.
Y en San Pancracio
Surfinias pintan las rejas
Gitanas bailan colgando
Claveles en los tiestos
Geranios rojos sobre muros blancos.
Y a la sombra
Del Palacio de Viana
No hay mañana más feliz
Que al ver las calesas paseando
Adornadas con cascabeles
Y tiradas por caballos blancos.
En el compás de San Agustín
Un hombre rasguea la guitarra
En una melodía sin fin,
Flamenco que inunda la Plaza.
Suena profundo sonido
Repica campanario hermano
En San Rafael suenan las campanas
Anunciando la media mañana.
Y ya gozosa, engrandecida
Por mi patria Córdoba
Reina de Andalucía
Me doy cuenta que me encuentro bendecida
Pues me pierdo y me reencuentro
En cada paseo por el Barrio de San Lorenzo.
Allí el aroma a azahar es intenso
La luz tan pura que hace llorar
El agua de las fuentes
Tan clara y de tal frescura
Que observo mi reflejo como si fuera un cristal.
Y ya termina mi viaje
Peregrina de mi barrio soy
Me despido hablando de mis calles
Describiéndolas como si fueran lienzo
Pues yo soy y siempre seré
De la barriada de San Lorenzo.
Cuando bajaba del centro los findes de marcha, encontrar tras una esquina la faz de esta iglesia, te despertaba y te reconciliaba con la vida. (Desde Madrid, la recuerdo..)
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