lunes, 25 de enero de 2010

Accidente

Hoy solo te escribo a ti, pequeño.
A ti que volaste entre una nube negra y tóxica,
que te perdiste en una lluvia de esquirlas metálicas
y recorriste un arco iris de fuego y gasolina.
Te escribo a ti, donde quiera que estés,
a ti que te esfumaste tras el choque de dos colosos.
Me acuerdo de ti, cielo, de tu carne blanda sobre el asfalto,
tus ideas desparramadas y fundidas con el alquitrán.
Ay, recuerdo la corona de cristal incrustada en tu frente
y aunque nunca me conociste,
bello durmiente,
y aunque solo pude contemplarte por unos segundos...
yo siempre me acordaré de ti.



Y siempre, siempre, siempre me acordaré de él.

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