Publicado el 13/09/09
No pretende ser una poesia, ni algo bonito. Me apeteció escribirlo para una persona que no diré. Supongo que si lo lee sabrá que va por ella. Bah, que importa. Se fuerte amiga.
Vuelve el otoño,
y con el las brisas frías que congelan el pasado.
Los sentimientos se resquebrajan
como hojas secadas por la indiferencia,
no soportan que el sol veraniego haya cesado
y mueren entre estertores crujientes.
Y allí estás tú, muchacha,
valiente, aguantando lloviznas de amor
que terminan en tormentas de celos,
los truenos retumban dentro de la seca corteza
volviendote loca.
Temes que una simple chispa prenda tu alma,
pero te olvidas de que estás viva.
Viva.
No desfallezcas, querida, recuerdale a tus raices
para que sirven, hunde tus garras, entierrate en tus principios
y no dejes que te muelan a palabras afiladas y hachazos crueles.
Viene el otoño, y con el la bruma matutina,
y el frío despertar sin tu amado en la cama.
La incertidumbre te corroe como si de carcoma se tratase,
y lloras, lloras, lloras.
A ti, preciosa dama, solo me queda por decirte...
No tengas miedo.
NO TIEMBLES.
Porque después del otoño, después del invierno...
todo volverá a florecer.
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