martes, 19 de enero de 2010

Para mi

Publicado el 23/11/08

Tenía muchisimas ganas de escribir algo como esto. No es coherente, no es bonito ni poético. ¡Hacía muchisimo tiempo que no escribía para mí!
Estoy orgullosa de poder crear algo tan sublimemente horroroso como esto, algo solo para mí, algo que si escribo en este blog es porque esta página nació para impulsarme a escribir.
Lo dicho, paranoyas.





Hay algo que es mío, mío, mío...
Lo odio. Si, lo odio, pero es mío y no quiero que nadie me lo arrebate.
Como lo odio, como me duele tenerlo. Pero es mío.
Cuando la acaricio, me pincha y me muerde. Solo mío.
Nunca desaparece, se esconde. Y duele.
Sería fácil decirle adios, muy muy fácil, pero, ¿qué sería de mí sin ella?
¡ES MIO!
Y lo odio, y la adoro, y me gusta llorar abrazada a mi misma, y hacer que alguien lama mis lágrimas con su lengua, y escuchar canciones tristes que me recuerdan como sentirme cada vez más triste y desgraciada, y reocijarme entre llantos y pañuelos mojados.
Me muero, me mata, pero, ya sabes, es mío y me gusta tanto como lo odio. La odio. Que importa ponerle género, si es algo así.
Me encanta cantar en inglés su nombre cada vez que me ducho, y sentir el frío sentimiento arañandome.
CUANDO TU APARECES, DESAPARECE. PERO MI CORAZÓN ES GRANDE Y SABE AFERRARSE A ÉL CON UÑAS DE PLATA.
Resuena en mi boca y solo se esfuma cuando tu piel caliente toca la mía.
Desnudate, cariño, es la única manera de expulsarla. Si, así, bésame.
El amor me presta compañía.
Si.
Cierto.
¿Oyes cómo me río?
Parece que tus gemidos auyentan todo, adoro ese momento sagrado. Hazme el amor.
Y después, como no, vuelve, y me acurruco entre las sábanas y tu cuerpo, pero aun así me sopla en el oido, y se me eriza la piel.
BESAME, ABRAZAME, hazlo por favor.
No importa cuanto me ames y cuanto te ame, entiendelo, ¿vale? Siempre vuelve.
Es algo que odio pero añoro en ocasiones, sus flores tiernas son tan bellas que me hacen llorar.
Y si, así me siento, y nadie salvo yo puede hacerla desaparecer, pero no quiero, porque la odio, y mi corazón lo añoraría.
¿Estupidamente absurdo?
Lo es.
¿Romanticamente bohemio?
¡Como no!
Me encanta sufrir. Me siento acompañada, aunque suene irónico de ella.
Oh, bendita...






...¡SOLEDAD!



No hay comentarios:

Publicar un comentario