Publicado el 23/03/09
Lo perdisteis.
Perdisteis una palabra cálida.
Frases tan crueles que desgarran, todas dura realidad.
Besos tan suaves que duelen, lágrimas de amor.
Perdisteis el latido de su corazón, tan relajante al amanecer, tan confortante en la noche.
Perdisteis su calor, y su pecho fuerte, sus poesias en los margenes del cuaderno, su cariño altivo, despreocupado.
Os perdisteis ser amadas de una forma tan sencilla como austera, su risa (una verdadera delicia), sus frases que hacen temblar la muralla de la indiferencia.
Vosotras, que ilusas.
Que pena.
Y yo... que afortunada.
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