martes, 19 de enero de 2010

Iluminación

Publicado el 12/12/08

¿Por qué volví?
Regresé a ese atestado y cargado antro
convirtiendome en una de esas criaturas de la noche
despreciadas,
aborrecidas,
socialmente apartadas.
Diferentes, si, lo somos. Siempre lo fui.
La cerveza y la absenta nuestras ilusiones,
el whisky, la sangre, el poder.
Allí empezó y allí terminó,
eones de tiempo fluyendo entre las paredes
y la gente sudando,
haciendo el amor
mientras dislumbran calaveras de cristal
y trota por los cielos un Dios Nórdico.
Hagamos un culto a la muerte
pues es la única que nunca nos abandonará
y siempre estará allí, más tarde, más temprano.
Engalanemonos con encaje, tul, terciopelo negro,
bebamos vino rojo hasta que la vida nos parezca
algo parecido a una vida.
Bailemos, gritemos y cantemos todos
enseñemos los colmillos,
soplemos la espuma de nuestra jarra.
Pero entonces, tu rostro recortado en la oscuridad
y mi alma se estremece hasta volverse obscura,
tuerta, tartamuda, sorda,
así me quedo,
y busco consuelo en brazos ajenos...
pero estan lejanos.
Entonces trago, sonrío, suspiro,
no descanso en paz y la muerte parece una perfecta dama en ese instante.
Ante la indiferencia, huyo.

Parezco estúpida pero hubo un tiempo donde realmente pensé que una sonrisa bastaría para que todo volviese a su cauce. Pero SOY ESTÚPIDA, que le voy a hacer, sentí un estelar "crack" y vi mis ilusiones rotas en el fondo de un vaso, todo en un momento. Creo que estoy acostumbrada ya, pero fue el momento en el que perdí la esperanza... y es lo último que se pierde, ¿verdad?

Y, ¿ahora qué? Perderme en las calles regadas a las tres de la madrugada, impregnar las paredes con pensamientos de tinta negra, dejar que mis recuerdos se congelen en el frio invierno, desear felicidad para ambos, tragar vaho blanco, cubrirme con una capucha y sentir la humedad del ambiente en mis manos.
DEJAR DE CREER.


Adios, ahora se que nunca volverás a vislumbrar mi espíritu como antes lo hicistes.
Adios, se que no te dolerá mi marcha.
Adios, las cenizas de mi corazón me ahogan.
Adios, entre espirales de humo que borra la lluvia, me voy hacia la oscuridad.
Y sonrío.
Eres libre.




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