Publicado el 25/05/09
Extracción
Me gusta la sal,
el hierro diluido en mareas fisiologicas,
es aterrador el placer que me produce
ver el terciopelo líquido, rojo.
Adoro como brota la rosa,
como burbujea el torrente vital
dentro del plástico estéril.
El tacto de tu puerta es gomoso,
tienes miedo, lo se,
y te amo, te amo por ofrecerme tu brazo...
...mis besos metálicos duelen
solo unos segundos.
Eres mío.
El punzón se abre paso por la carne,
dejándome sentir el calor globuloso
de tus hematíes.
Es precioso, tus gotas son rubies perlados
y cada vez que impulso el émbolo,
obtengo centímetros de éxtasis, ¡tú en mis manos!
A veces pierdo el camino, comienzo a sudar,
toda mi pureza, tu confianza se transforma en miedo,
en rabia, hasta que reconduzco el acero quirúrgico
dentro de la fina piel.
Déjame darte un trozo de nube
para tapar la herida, es adorable ver
como se tiñe de carmesí.
Parece que esta mañana, se ha vertido sangre.
Las explicaciones son absurdas, pero... me encanta sacar sangre. No es ningun fetiche, simplemente me gusta esa parte de mi trabajo, primero palpar la vena, segundo valorar a que profundidad esta, si se movera al pincharla... tercero, fijar y pinchar, y por ultimo, dar el algodón y meter esa pequeña parte de su cuerpo dentro de los tubos. Es genial.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario