Publicado el 27/09/09
Que desesperación, creedme, se de lo que hablo. Lo quiero demasiado, me lo quiero comer.
Que desesperación, creedme, se de lo que hablo. Lo quiero demasiado, me lo quiero comer.
Tú eres más que un polvo,
eres cien millones de besos,
de gritos, de verdades,
de libertad fibrosa e incontrolable.
Tú que rompes la realidad
con un machete de palabras,
cabronazo, te quiero.
Y siempre hablo de tí
como un espiritu del viento
que me abofetea con los labios,
pero hazlo, hazlo, hazlo.
BÉSAME.
Te voy a arrancar los rizos uno a uno
a ver si pierdes esa fuerza rabiosa
y yo me quedaré
con un puñado de ideales en una cabellera.
A tí que te sienta tan bien
la sangre en la boca
y la saliva en el corazón,
TÚ asesinas con palabras en vez de con las manos.
Y ahora te desperezas en la cama
y sonríes, y te ries,
te levantas, y K.O. para mi, precioso.
No puedo aguantar esa melena sobre tus hombros.
La quiero sobre los mios
cuando estas tú sobre mí.
Hazme un favor, ponte la chaqueta de cuero
que yo me pondre las gafas de sol,
subete en mi coche
y déjame que te lleve tan lejos
que nadie te pueda encontrar.
Tan lejos que ni yo pueda encontrarte,
porque si no, te voy a comer a besos.
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