martes, 19 de enero de 2010

Publicado el 06/05/09

Tú,
solo tú,
tu olor a vuelo
tu color como de viento fugaz,
el tacto de seda esquiva,
eso eres tú.
Tú,
susurros en la noche,
pelo enredado, grito de guerra,
eres un animal bello
como el tigre que te acecha
y lame tu esternón con la lengua aspera.
Tú,
ilusiones,
polvos, y no de hadas,
eres el muñeco roto
y arreglado cien veces.
Hueles a pegamento,
a tiritas viejas,
a meicromina seca.
Me vuelves loca,
tú,
soñando con los ojos abiertos
devorando miles de letras,
tan perfecto cuando ries,
¡tal cruel después de comer!
Tú,
te quiero arrancar la ropa
con cada nota de violín,
con cada ritmo de flauta,
con cada cuerda de la viola,
velos opacos cubren tu desgracia,
tú,
¡droga!
tú,
cielo teñido de un rojo crepuscular,
tú,
raciones individuales los días entre semana,
tú,
mesa para dos en viernes,
tú,
billete único de ida...
y ojalá que no haya vuelta.
Tú,
¿aún no te has dado cuenta que escribo para tí?
Esta poesía es tuya,
tan tuya como nunca lo serás tu para mí.
Eres libre,
eres tú.


Luis... mi Luis.

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