martes, 19 de enero de 2010

Bésame

Publicado el 08/06/09

Callate y bésame;
Bajo la lluvia, en un día de junio en el que se nos haya olvidado el paraguas.
En la piscina, descubriendonos con un escalofrío de amor bajando por la columna vertebral.
En el cesped, con los ojos cerrados sin importarnos todo lo que tengamos que rascarnos después... son las consecuencias de la alergia a las gramineas.
Rápidamente, en mi casa o en la tuya, chispeantes de deseo.
En la puerta de algún bar de mala muerte, achispados esta vez por la cerveza y el tequila.
Bésame, sentados en un banco del parque disfrutando ambos de cada uno.
En el cine, olvidandonos de para que habíamos pagado realmente.
Cerca del río, con el rumor del agua, el clamor de las... ¡ranas! ¡Temiendo que una lagartija salga de las grietas de la pared!
Suavemente, al despertarnos y encontrarnos con la persona más bella a nuestro lado.
Con furia, como una lucha, cada vez que podemos.

Besos tiernos, cada vez que nos reimos.
Besos salados, si lloramos, tristes de despedidas, de largas separaciones.
Besos de reconciliación, o de orgullo, o de comprensión.
Besos de admiración, reverenciados y cortos, tímidos ante tanta grandeza.
Besos de consuelo, la paz en tus labios.
Besos que dan fuerza, besos que rompen los miedos más arraigados.
Besos...

Ah, da igual como sean. Callate y bésame de una maldita vez.


Pero nunca "ataque besuqueo", ¿de acuerdo Luis?

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